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~ AMAZONAS Y PANTANAL - BRASIL ~
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Brésil Pantanal - Amazonie
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9 de agosto del 2008 : Luego de haber pasado una semana sumergidos en las favelas de Porto Alegre, nos despedimos de Sergio para continuar nuestro descubrimiento del Brasil. Vamos en dirección norte- oeste, bordeando las fronteras de la Argentina y del Paraguay, camino a Pantanal y luego al Amazonas.

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De pasada visitamos la Misión das Missoes, una de las tantas misiones jesuitas que estaban repartidas entre el oeste del Brasil, el norte de la Argentina y el este del Paraguay, en efecto en 1608, el gobernador de la provincia española del Paraguay ordenó al superior Fray Diego Torres que convierta al catolicismo las poblaciones indígenas Tupi y Guarini. Los jesuitas fundaron entonces varias misiones en una vasta región que hoy comprende los tres países.

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Durante 3 días nos dirigimos derecho hacia el norte hasta llegar al estado de Mato Grosso, una buena oportunidad para comprobar el estado de las rutas en Brasil, que en líneas generales es malo, el asfalto está deteriorado por los miles de camiones pesados que lo recorren con intensos calores durante el verano. Esta parte del país es muy ondulada, pasamos el día recorriendo una sucesión de bajadas muy pronunciadas seguidas de subidas escarpadas, los cientos de semirremolques que nos acompañan en el recorrido, aprovechan el envión de las bajadas para pasarnos a más de 100 km/h (con rutas en mal estado) para que nosotros después los alcancemos y pasemos a 40 km/h máximo en la subida, ¡parece un remake del film Duelo!, experiencia de la que nos hubiera gustado prescindir.

Lo bueno de este tránsito tan intenso es que hay una buena infraestructura de estaciones de servicio con duchas gratuitas, agua caliente a voluntad para te, café (o mate para los brasileros), parkings enormes en los que podemos pasar la noche y self- services, "launchonettes" con una excelente relación de calidad precio. Lo que nos sorprende es que en Brasil sólo los camiones usan diesel y las estaciones de servicio están adaptadas a ellos, así que para cargar combustible hay que subirse a una fosa cuyas guías corresponden al ancho de los ejes de un camión, cosa que transformaba cada carga de combustible en un ejercicio peligroso de destreza, sin hablar de lo que era la experiencia de bajar de la 4x4.

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A medida que avanzamos hacia el norte, el calor aumenta y pasando el Trópico de Capricornio ya nos encontramos con temperaturas superiores a los 30 grados, cosa agradable considerando que estamos en invierno (agosto equivale al mes de febrero en el hemisferio norte). La vegetación tropical se hace presente con lo que comenzamos a empacharnos de mangos, papayas, ananás y frutos de la pasión.


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A medida que avanzamos hacia el norte, el calor aumenta y pasando el Trópico de Capricornio ya nos encontramos con temperaturas superiores a los 30 grados, cosa agradable considerando que estamos en invierno (agosto equivale al mes de febrero en el hemisferio norte). La vegetación tropical se hace presente con lo que comenzamos a empacharnos de mangos, papayas, ananás y frutos de la pasión. Al sur de Pantanal, cerca de Bonito disfrutamos de una interesante experiencia en la reserva ecológica del Rio da Prata: luego de una caminata de una media hora por la selva, pudimos nadar durante dos horas en un agua cristalina en medio de peces de agua dulce. Después de ponernos los trajes de agua, las máscaras y los tubos, nos dejamos llevar por la corriente por varios kilómetros. La vista del río bajo el agua es mágica con árboles sumergidos, rocas coloridas y peces que nos provocaban rozándonos.
Cuando volvimos nos esperaba un suntuoso buffet. Fue una preciosa aventura, muy bien organizada, que recomendamos fervientemente a futuros viajeros que vayan por esa zona, todo nos costó 99 Réais para una persona (39 euros, equipos y buffet - tenedor libre). www.bonitoweb.com.br

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Recorremos espectaculares caminos a través del Mato Grosso y el principio de Pantanal, en medio de inmensas facendas (estancias) en un ambiente tropical. Para nuestra gran sorpresa nos encontramos con unos gauchos paraguayos que estaban transportando una tropa de 650 bovinos desde hacía 23 días, al ritmo de 8 km por día, los precedía un gaucho que era el que les preparaba el campamento de la noche.

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En Cuiba, la ciudad mas caliente del Brasil (normalmente 40 grados), la puerta norte del Pantanal ,el destino hizo que le preguntáramos por el camino a un arquitecto, que junto con otros 16 profesionales (abogados, médicos, etc) posee una "chacara" (chacra) de 30 has y que nos invita a pasar el fin de semana con ellos, algo increíble. Henos entonces rodeados de los socios de esta comunidad de notables que se disponen a festejar durante el fin de semana. Las caminatas son seguidas de comilonas y mucho vino, pileta, dos horas de bajada de un río haciendo raft, churrascos al borde del río, iluminados por la luna llena, al son de las guitarras y los cantos.

Somos más de 50 festejando y hay que decir que los brasileros entienden de esto! El domingo nos toca un "grande churrasco", pues es el cumpleaños de uno de ellos. Que recibimiento, no podemos creerlo. Nuestra 4x4 despierta gran curiosidad, hacen fila para visitarla. Después de haber pasado una semana en las favelas, ahora nos conectamos con la burguesía brasilera.
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Parece que estamos de suerte. El lunes a la mañana dejamos la "chacara" para ir a visitar la "Chapada dos Guimaraes Nacional Parc", a pocos km de donde pasamos el weekend, pero nos encontramos que está cerrado por 3 meses pues hace poco hubo un accidente mortal (la caída de una roca sobre una joven visitante).
Cuando estábamos dando la vuelta para irnos, vemos que hay tres vehículos que se dirigen al portón de entrada, les preguntamos cómo piensan hacer para entrar al parque : eran del Ministerio de Turismo y venían acompañados de un equipo de filmación y de fotografía para aprovechar el cierre del parque para producir imágines que servirán a la promoción del turismo brasilero.
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No sólo nos dejan entrar sino que nos contratan como extras para el film de promoción, pasamos todo el día con ellos en una 4x4 en el parque (normalmente prohibido) con un guía exclusivo con el que recorremos todo el parque y divirtiéndonos en nuestro rol de actores lo que nos permite bañarnos en todas las cascadas, tomar un sin número de fotos con las cámaras enfocándonos y almorzar en el restaurant con todo el equipo.
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Impresionante la famosa cascada de la Véu de Noiva y maravillosa la puesta de sol en la "Citade de Piedra".

Esta increíble jornada fue una prueba más de la gentileza de los brasileros hacia nosotros.
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Al día siguiente partimos para el Pantanal, un parque nacional que ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad, a pesar de que el Amazonas es mucho más conocido, el Pantanal sigue siendo el mejor lugar para descubrir la fauna brasilera en su habitat natural. Situada en el centro de Sudamérica, esta vasta llanura aluvial es la más grande del mundo y abarca una superficie similar al territorio francés. Con una temperatura que roza los 40 grados a la sombra, recorremos la Transpanateira, la única carretera que llega hasta el corazón del Pantanal, es una ruta de 150 km de largo, sobre elevada y entrelazada por 125 puentes de madera. El espectáculo es grandioso, con millares de pájaros y caimanes. Acampamos en una estancia que nos ofrece poder hacer un recorrido maravilloso : un "game drive" (safari), no dábamos abasto para mirar por los larga vistas, sacar fotos y filmar! Luego de dos días plenos en la naturaleza retomamos la ruta hacia Porto Velho, la entrada al Amazonas, son 1.500 km fastidiosos con un calor intenso.
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Para llegar hasta Manaos teníamos dos opciones : viajar por ferry sobre el río Madeira durante 4 días con los camiones o atrevernos a cruzar 940 km por la Transamazónica, luego de informarnos que dado que es el fin de la estación seca la ruta está transitable, nos decidimos por la aventura o el desafío, como nos dicen los brasileros, nos parece una experiencia imperdible.
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Luego de 200 km sobre un asfalto deshecho llegamos a Humaita y continuamos 470 km por una ruta en plena selva, un equivalente a Paris- Lyon que deberíamos hacer en dos días con total autonomía de gasoil y agua. Pero eso era sin contar con los caprichos de la meteorología: se desencadenan una tremendas tormentas , haciendo que la estación de lluvias se adelante alrededor de 3 semanas y la carretera se transforma en un lodazal, comienza la etapa de las emociones intensas, nos sentimos en pleno, "Camel Trophy". El primer día transcurrió relativamente bien pues el barro estaba bastante parejo pero el segundo fue otra historia pues se formaron zanjas profundas que nos obligan a avanzar entre esas trincheras, más de una vez tuvimos el corazón en la boca.
Afortunadamente por la tarde nos unimos a un grupo de brasileros que viajaban en tres 4x4 y una combi Volkswagen y que habían quedado prisioneros como nosotros del Amazonas. Decidimos hacer camino juntos para poder ayudarnos y llegar a buen puerto, la combi se empantana cada dos por tres pero también las 4x4, las cadenas y las sogas nos ayudan a salir de apuros más de una vez.
Tomamos la decisión de no avanzar más ese día, o sea pasar la noche en plena carretera y continuar al día siguiente, gracias a nuestro celular satelital, los brasileros pueden avisar a sus familias para que no se preocupen. El tercer día va a ser tan intenso como el anterior, avanzamos en primera corta, agarrados al volante para poder cruzar los profundos surcos en el barro sin que se quede la camioneta.

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Recién a media tarde de ese tercer día llegaremos a la balsa que nos permitirá atravesar el Amazonas y finalmente llegar a Manaus. ¡Que increíble experiencia! Nos sentimos orgullosos de que nuestro vehículo, a pesar de que era el más pesado, fue el único que no se empantanó. Hace un calor tremendo y húmedo en Manaus, la noche en la carpa del techo fue dura. Para aquellos que quieran explorar el Amazonas, les recomendamos contactar a : Amazon Explorers.

Después de visitar la ciudad, sobretodo el inmenso mercado de frutos y pescados, que está al borde del Amazonas y luego de una pausa bien merecida, retomamos la ruta hacia Boa Vista, cerca de la frontera con Venezuela. Un atardecer con tormenta, empezamos a deambular para encontrar un lugar para acampar sin demasiado éxito, finalmente nos recibe una familia que nos instala bajo un galpón, cerca de una piscina, recién con la luz del día siguiente descubrimos que estamos en un camping de un balneario, al que vienen las familias de Manaus para pasar el fin de semana. Una vez más fue un recibimiento mágico en un lugar turístico. Muchas gracias a todos esos anfitriones de una noche, que nos ofrecen la seguridad! Antes de llegar a Boa Vista pasamos el ecuador, entrando en el hemisferio norte.

1ro de setiembre del 2008 : nos preparamos para dejar provisoriamente el Brasil para pasar un mes en Venezuela.

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