Lunes 9 de noviembre del 2009 : Estamos aquí en Colombia, el décimo tercer país de la América del sur que nos queda por visitar. Como es la costumbre, la pasada de la frontera se hace con una sonrisa y con las palabras de bienvenida.
Colombia está situada al noroeste de la América del Sur. Es el único país del bajo continente que cuenta con las dos Costas: Pacifica y Atlántica. Está rodeada por Venezuela y Brasil, al sur por Perú y Ecuador y al noroeste por Panamá.Colombia es el tercer país más importante de los países hispano hablantes y el tercero con mayor índice de población después de Brasil y México, con 45 millones de habitantes.
El principal producto de exportación de Colombia es el café suave y el café arabico (segundo productor mundial y primero como productor de café suave y arabico). La población colombiana es el resultado de la mezcla de tres grupos raciales principalmente: indígena, español y africano.

En Pasto, capital del departamento de Nariño (a 2500 metros de altura), frontera con Ecuador, conocemos por casualidad a Jaime en una estación de gasolina. El es un colombiano, profesor de francés en una universidad.

Nos invita a su casa y nos presenta a su tío Ángel, profesor de ciencias sociales. Ángel nos invita a su finca a pasar una noche y a disfrutar de una piscina y de un asado. Estos dos profesores nos permiten aprender mucho sobre Colombia y sus problemas políticos.

El domingo salimos en familia para el almuerzo en un restaurante de cocina colombiana en el barrio de San Antonio, centro histórico de la ciudad de Cali. Encontramos a Peter, un alemán que vive en Cali desde hace 20 años quien con su novia colombiana tienen una fábrica de porcelanas. Ellos construyeron una súper casa, en pleno corazón de Cali con una torrecilla rodeada de mosaicos azules, al estilo de la invasión árabe en España.

Martes 24 de noviembre : Después de una semana idílica en esta lujosa casa dejamos a nuestros amigos para continuar con nuestro viaje hacia el norte.

SECUENCIA DE ESCALOFRIO : Después de haber visto un reportaje de televisión nos prometimos desde hace años ir algún día al encuentro de los balineros, "esos ángeles locos de la línea", quienes a bordo de una caja de jabón, bajan por las colinas más altas y más peligrosos de Colombia para ayudar a los camioneros varados.
En efecto, en Colombia, el abastecimiento de la población es extremadamente difícil. Son los camioneros quienes aseguran el enlace entre la ciudad y el campo. Para atravesar el país, obligatoriamente deben atravesar los Andes y tomar la Línea 5, la única vía accesible para los vehículos de carga pesados en la cordillera central.
Un camino interminable que sube por curvas hasta 3.200 metros antes de volver a bajar sobre la ladera opuesta. Muy a menudo se encuentra ahogada por la niebla, lo que convierte el paso extremadamente peligroso. Es allí, en esas curvas de asfalto que viven los balineros, los reparadores ambulantes. En sus cajas de jabón armadas con algunas tablas, se lanzan a toda velocidad hacia el lugar dónde requieren sus servicios.
Es así como encontramos a José, uno de últimos cuatro balineros (su carros de balineras" ha sido reemplazados poco a poco por motocicletas). El revisa su caja de jabón antes de someterla a un test en la bajada vertiginosa de la Línea. Con suerte, José acepta que lo grabemos (el vídeo está al final de esta página). Gwendolyn participa de esta bajada sobre el carro de balineras. ¡por algo decimos que el oficio de viajero es peligroso!
Y es en medio de los remolques enormes que José, su mujer, su hijo, y Gwendolyn descienden la Línea. Momento de sensaciones intensas. Pero todo pasa muy bien pues para ellos es una costumbre y tienen pleno dominio de su caja de jabón (varios balineros han muerto en esta bajada, al perder el control de sus maquinas).
Para el ascenso, José pide ayuda a los camioneros que pasan por la ruta hasta que uno de ellos acepta que se ate a su camión con una cuerda. ¡ Muy escalofriante pues después de 10 mn de este ascenso, una rueda de la balinera se desprende de la caja de jabón que entonces se desplaza sobre 3 ruedas! José consigue sin embargo desatar la cuerda, y la caja acaba por inmovilizarse entre dos semirremolques, uf!
Después de una reparación somera de la rueda, es nuestro 4x4 que halará despacio la balinera y a sus "pasajeros" hasta la casa de José a un kilómetro del cuello.
Después de estas emociones, encontramos donde acampar "en una finca" en medio de la calma y de una acogida como siempre calurosa.

En el zona cafetera, nos salimos del camino principal (una excepción en el país de las FARC), con el fin de visitar Salento, uno de los pueblos más representativos de la cultura y del paisaje de la zona cafetera. Esta ciudad es muy turística y de una belleza innegable. Sus casas coloreadas son tan bellas las unas como las otras. Ella conserva la arquitectura típica traída por los colonos venidos de Antioquia, así como las costumbres de los campesinos locales.

Llegamos por fin a Medellín, ciudad de infame reputación. ¡ Olvide todo lo que usted pudo leer u oír a propósito de Medellín! Estas informaciones son hoy obsoletas. Sí, la ciudad fue la "casa matriz" del cartel de la droga en Colombia, a la cabeza de Pablo Escobar. Pero los medios de comunicación del mundo entero han olvidado relatar la evolución muy positiva de Medellín. Hoy, después de casi 5 años, Medellín se ha convertido en una de las ciudades más seguras de América latina.
Mario, el sobrino de Jaime (que habíamos encontrado en Pasto) nos encuentra un estacionamiento "seguro" para el 4x4, lo que nos permite pasar una noche sin la menor angustia.
Aprovechamos de este domingo para visitar Medellín, sin demasiada circulación, pero reconocemos que quedamos muy decepcionados de esta ciudad con sus edificios en ladrillo. Sobre la Plazoleta de las Esculturas, descubrimos una decena de esculturas contemporáneas de Fernando Botero, y así es como descubrimos que este escultor, que expuso en París (en 1992, sus gigantes esculturas en los Campos-Elisos ), es colombiano y nativo de Medellín.
A primera hora de la tarde, dejamos a Medellín con destinación a Bogotá, por el camino que serpentea en la cordillera de los Andes. Al ver la presencia militar imponente a lo largo del camino, comprendemos que la región no es segura, y que la guerrilla también está presente allí. El hecho que el camino "esté tan militarizado " nos tranquiliza sin lugar a dudas , sin embargo no nos distraemos ni nos salimos del camino principal.
El lunes 30 de noviembre : llegamos a Bogotá, la capital de Colombia