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~ VENEZUELA ~
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2 de septiembre del 2008 : Efectuamos el pasaje de la frontera sin dificultades, aunque es un poco más burocrático que en Brasil. Obtenemos una autorización para transitar por Venezuela por 90 días tanto para el vehículo como para nosotros. La primera sorpresa que nos llevamos es con el precio del diesel, cada litro cuesta menos de 1 céntimo de euro (si, leyeron bien cuesta exactamente 0, 96 céntimos de euro, o sea 150 veces menos que en Francia). O sea que cargamos el tanque de 250 litros por 2,40 euros, ¡algo increíble! El litro de nafta sin plomo cuesta 1,94 céntimos de euro, Chavez subvenciona el carburante para que los venezolanos no tengan problema en moverse. Por otro lado, el costo de vida en general es muy alto, los productos alimentarios cuestan prácticamente lo mismo que en Francia.
Cerca de las fronteras (Colombia o Brasil), sin embargo, el desabastecimiento de combustible es serio, quieren con esto evitar que la gente cruce la frontera para llenar el tanque. Las dos estaciones de Santa Elena, la primer ciudad después de la frontera, sólo abren una pocas horas por la mañana con lo que se forman largas filas de espera. Nosotros, a propósito llegamos casi con el tanque vacío, eso significó que nos pasamos la tarde dando vueltas para conseguir el diesel, hasta que finalmente contactamos a alguien que conocía una persona que a su vez conocía a uno de los responsables de una de las estaciones de servicio y este discretamente nos abrió la estación para que pudiéramos llenar el tanque. En el interior del país no hay ningún problema y cada vez que teníamos que cargar nafta disfrutábamos. Otra cosa que nos llamó la atención es la permanente presencia militar, los controles son frecuentes, a nosotros los soldados nos reciben con una sonrisa y nos balbucean alguna palabra de bienvenida. |
La primera región que visitamos es el Parque Nacional de la Gran Sabana, a más de 1000 metros de altitud, por lo tanto fresco. La gran Sabana está situada al Sur de Venezuela, en la frontera con Brasil al sur y la Guyana al este. Tierra de "Tepuyes", montañas rocosas que tienen la particularidad de ser chatas en la cima, con centenares de cascadas. Es una región que solo está habitada por indígenas, los Pemon que han creado 300 pueblos en la zona. |
Luego continuamos hacia el norte por una ruta espléndidamente asfaltada (claro,¡ el asfalto es un derivado del petróleo!) y tapizada de paneles publicitarios honrando a Chavez ¡Es impresionante! Según dicen los carteles, por si ustedes no lo saben, el gas es una “energía socialista”, si, parece que Chavez inventó ese concepto y lo difunde por todo el país. Luego de atravesar sobre una balsa el Orinoco, continuamos la ruta hasta Carupano, sobre el Mar del Caribe, par comenzar una etapa balnearia, recorremos playas que son una más linda que la otra, con arena color ocre, palmeras y el mar azul. Al finalizas el recorrido de la península de Araya, debemos tomar nuevamente una balsa para llegar a Cumana. Allí revivimos una experiencia similar a la que pasamos con el ferry que unía Aktau (Kazakhstan) y Baku (Azerbaïdjan). La noche anterior nos previenen que la balsa parte a las 8 de la mañana pero si queremos encontrar un lugar, mejor que estemos en el embarque dos horas antes pues hay muy pocos lugares en la embarcación. Llegamos a las 6 de la mañana y ya había 12 vehículos antes que nosotros, o sea que nos pusimos en la cola sin saber si viajaríamos o no. La fila crece, todos tranquilos, lo del horario es relativo pues la balsa recién llega a las 11.30 hs de la mañana. Un momento de suspenso…y por suerte entramos sin problema y comenzamos una travesía de una hora hasta Cumana. Generalmente los venezolanos nos tratan bien pero algunos de ellos se muestran desagradables, hasta mal intencionados, podríamos decir. Vamos bordeando la costa hacia Caracas y decidimos pedir apoyo a la policía caminera para poder pasar nuestra última noche en seguridad antes de llegar a la capital. |
9 de septiembre del 2008 :
Llegamos a casa de nuestros amigos en Caracas : Eric y Odile, donde nos vamos a quedar por una semana, es una pausa bien merecida luego de atravesar el Amazonas, La primera buena nueva es que la capital venezolana está s 900 metros de altitud, con lo que corre un aire relativamente fresco, lo que cambia respecto de los grandes calores y la humedad de estas últimas semanas. Eric y Odile, expatriados desde hace dos años viven con su hija, Alizée en una casa grande, con lo que nos pueden ofrecer una comodidad a la que ya no estamos acostumbrados: un cuarto con mosquiteros, un baño privado, un gran jardín con pileta, lavarropas y sobretodo una conexión rápida de Internet constante, lo que nos permite trabajar en excelentes condiciones (Gwendolyn pondrá al día la página y Marc escribirá los artículos par las revistas de 4x4). Nos quedamos una semana larga, Eric, que es un excelente mecánico, nos hace una revisación completa de la 4x4 que sufrió un poco en el Amazonas. Durante el fin de semana Eric participa de una carrera: el "Fun Raising", digna del mejor Camel Trophy y Odile aprovecha para mostrarnos Caracas, una ciudad de poco interés arquitectónico, pero de ambiente muy animado, muy vital, lo más divertido es ver la reacción de los venezolanos con Alizée una rubiecita de cabellos de oro de 4 años, que se pasea en el medio de un pueblo de tez oscura y pelos negros. Algunas mujeres hasta se acercan para tocarle el pelo. El domingo Odile nos lleva por un camino asfaltado hasta la cima de la montaña que separa Caracas del mar, al parque nacional “ El Avila” en la que se encuentra la pequeña localidad de Galipán, subimos hasta 1800 metros sobre el nivel del mar por una ruta con una pendiente tan pronunciada que sólo la pueden transitar las 4x4, la vista es impresionante , se ve simultáneamente Caracas y el mar, Está lleno de gente, es la salida preferida de domingo de los habitantes de Caracas que tienen una 4x4. La bajada hacia el mar del Caribe es impresionante, nos volvemos a topar con el calor húmedo cuando volvemos a la capital, esta vez por una autopista con embotellamientos típicos del domingo a la tarde. Antes de irnos de Caracas, mientras que Gwendolyn está en el supermercado y yo la espero en la 4x4, se me acerca José, un venezolano responsable de un club 4x4 Toyota encima, que nos invita a tomar una cerveza esa noche con los miembros del club, aceptamos la invitación con placer y pasamos una velada espléndida. José nos pasa datos de otros miembros del club que viven en las principales ciudades que vamos a visitar, con lo que se nos abren otras buenas perspectivas de pasarla bien. |
Miércoles 17 de septiembre :
Luego de la pausa de ocho días en casa de Eric y Odile, retomamos la ruta hacia el Oeste de Venezuela, la región montañosa de los Andes. Cuando buscábamos un lugar para acampar, nos topamos con una autorruta que sólo permite salir en las ciudades importantes (todos los peajes fueron suprimidos en el país hace 6 meses, una medida tomada por Chavez justo antes de una elecciones importantes), ya noche terminamos estacionando en el parking de una de las más grande fábrica de cerveza (la cerveza Polar), es un lugar seguro pero no calculamos que la fábrica trabaja 24 horas sobre 24, con lo que toda la noche hay un incesante tránsito de semiremolques que viene a buscar mercadería, ¡además tenemos que irnos a las 5.30 hs, como convenimos con el guardia! ! En la ruta un policía nos trata de sacar una coima, primero nos para y como tenemos todo en regla no puede reprocharnos nada, pero de todos modos trata de hacerse entender que lo que quiere es plata, para que me de cuenta me lleva hasta la parte de atrás de la camioneta y, cuidando que nadie lo vea saca un billete. Como yo no reacciono, sabiendo que los documentos que le di son sólo fotocopias, finalmente nos deja ir sin insistir. Por la tarde vamos al Yocambu National Park (bof!), una fuerte lluvia nos obliga a buscar refugio en el centro de los guarda parques, que nos reciben con mucha amabilidad y nos permiten dormir adentro, será nuestra primera noche tranquila desde hace tiempo. |
La ruta hasta Mérida es larga, necesitamos acampar nuevamente, en Bocono nos recibe una familia: madre y dos hijos estudiantes, que se muestran contentos de recibirnos, dormimos sobre el césped y compartimos con ellos cena y desayuno del día siguiente, Antes de llegar a Mérida hay que cruzar el Paso del Cóndor, de 4000 metros de altura , en los Andes venezolanos, la niebla y la lluvia nos obligan a parar a mitad camino y buscar refugio en una estación de servicio, donde pasamos una noche tranquila. |
Al día siguiente cruzamos el paso, la 4x4 sufre de la altitud, típico del motor atmosférico. Desayunamos a 4.100 metros, algo bastante irreal, con dificultades para respirar normalmente. Cuando llegamos a Mérida nos espera Carlos, uno de los miembros del famoso club, que nos recibe en su lujoso bungalow, sala de baño privada y Wi Fi ¿qué más podemos pedir? Carlos nos pasea por esta ciudad universitaria y colonial a 1.500 metros de altura. Finalmente un poco de fresco luego de estas semanas tropicales, la parada en lo de Carlos va a durar un poco más de lo previsto, pues tengo una pequeña descompostura ("turista") causada seguramente por un queso que compramos al borde del camino. |
Luego de dos noches en lo de Carlos, nos dirigimos hacia San Cristóbal, donde nos encontramos con Luis y Franco que nos esperan, comparten una cena con nosotros en un restaurant y después Luis nos lleva a dormir a la posada de su padre, en lo alto, dormimos en la 4x4 al borde de la piscina, un lujo. |
Antes de volver a la frontera brasilera atravesamos una región llamada " Los Llanos" o el Serengeti de América del Sur, con grandes estepas surcadas por ríos y habitada por una fauna muy diversa (caimanes, capibaras, ibis rojos, anacondas, pirañas y centenares de diferentes especies de pájaros). |
A medida que vamos haciendo ruta, por las noches vamos acampando en los lugares mas diversos posibles : en un campamento indio donde nos reciben con los brazos abiertos, en una “chacara” (chacra) donde viven los empleados de una fábrica de bauxita, allí llegamos un sábado por la noche y las diez familias que la habitan estaban en plena fiesta (¿pero por qué todos los latinos ponen tan alta la música?), quizás la más curiosa de las noches fue cuando decidimos acampar en un lugar cuando ya era noche, por lo tanto no se veía bien que era : resultó ser una granja que criaba gallos, que a la hora que llegamos dormían pero a partir de la una de la noche comenzaron una ruidosa serenata que sólo interrumpieron cuando salió el sol. Otra noche inolvidable fue en un criadero de pollos, a la noche se desencadenó una tormenta que nos obligó a cerrar la carpa del techo y mudarnos de apuro dentro de la 4x4, a la mañana siguiente hubo que poner a secar todo! También pasamos una noche en un hipódromo, gracias a que el director nos dejó acampar allí.
La vuelta a Santa Elena, frontera venezolana con el Brasil no hace atravesar nuevamente la Gran Sabana, ese parque nacional situado a 1.400 m de altura que nos ofrece un respiro de brisa fresca arruinado en parte por la "plaga", unos minúsculos insectos que nos comen vivos día y noche. |
Nuestra última noche en Venezuela la pasaremos en una comunidad amerindia, que una vez más nos recibe con una sonrisa. |
Jueves 2 de octubre del 2008 : Estamos en Santa Elena, Venezuela , a 15 km de la frontera con Brasil y observamos el mismo fenómeno que cerca de la frontera colombiana-venezolana.
El gobierno venezolano creó un racionamiento de la nafta para que los brasileros no vengan a llenar el tanque por un precio 100 veces menor que en su país. Pero esto perjudica a los venezolanos que deben hacer largas colas todos los días para llenar el tanque. (hay un sistema que les permita cargar combustible ciertos días si presentan un justificativo por sus desplazamientos). |
Cuando llegamos a las 7.45 hs de la mañana a la única estación que tiene gasoil ya hay casi un km de cola y lo que es más escandaloso es que nosotros como extranjeros tenemos derechos a pasar delante de todos, por supuesto que aprovechamos ese privilegio pero no nos parece justo hacia los venezolanos. La estación de servicio está además custodiada por el ejército (4 soldados hacen que se respete el orden), eso no hace más que reforzar nuestro sentimiento de desaprobación. |
No podemos pasar por alto algunos comportamientos que nos sorprenden es este país, ante todo, la inseguridad permanente que parecen sentir todos (y que nosotros nunca sentimos) que hace que los comerciantes estén encerrados con rejas dentro de sus negocios y atienden a los clientes entre los barrotes, ¿no es un poco de paranoia? Otra característica típica de este país es usar sus autos como pizarrón para escribir bien grande con pintura blanca, sobre el vidrio de atrás los lugares por los que se pasean los weekends o que se van de vacaciones. Otra especificad es lo mal que manejan los venezolanos, son verdaderos locos al volante, pasan un auto en cualquier momento, sin ninguna visibilidad y si lo consideran útil inventan una tercera fila para avanzar. Luego de pasar un mes en este país lo abandonamos con cierto placer para volver a entrar a Brasil provisoriamente, camino hacia Guayana, Surinam y Guayana Francesa para luego dirigirnos de nuevo hacia Brasil y recorrer la costa atlántica (Belem). Un dato interesante que me imagino los va a molestar : en Venezuela compramos 933 litros de gasoil por la modesta suma de 8,70 euros (si, leyeron bien menos de nueve euros por novecientos treintitres litros de carburante). |
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